La Hoja de Coca: Cultura y tradición andina

La Hoja de Coca: Cultura y tradición andina

La hoja de coca ha sido una parte integral de la cultura andina durante miles de años. Su uso tradicional difiere radicalmente del consumo de cocaína, una droga ilegal derivada de la misma planta. Recientemente, en el último viaje a Perú, tanto el guía local como nosotros que acompañábamos al grupo de viajeros, éstos se enfrentaron a un dilema moral: ninguno de ellos previno el mal de altura utilizando la hoja de coca. ¿Por qué? Probablemente existe una creencia que relaciona de manera estrecha la hoja de coca con la droga ilegal cocaína.

Esto me hizo reflexionar sobre el asunto y aprender más por qué la tradicional hoja de coca se ha confundido en Occidente con la cocaína y por qué la hoja de tabaco, la hoja de té, el café o el cacao, que también son productos tradicionales en sus respectivas culturas, no han sufrido tal prohibición.

Origen y Uso Tradicional de la Hoja de Coca

Historia y Significado Cultural

La hoja de coca, proveniente de la planta Erythroxylum coca, ha sido utilizada por las culturas andinas durante al menos 3000 años. Los antiguos habitantes de los Andes, incluidos los incas, valoraban la hoja de coca por sus propiedades medicinales y energéticas. La coca era un elemento sagrado y de uso ritual, empleado en ceremonias religiosas, ofrendas a los dioses y en prácticas de sanación.

Hoy en día, los habitantes de los países andinos, tanto en entornos rurales como en grandes ciudades, utilizan la hoja de coca (cruda, al natural) de manera similar a cómo los occidentales utilizamos el café: para acompañar el desayuno, después de las comidas, o como gesto de hospitalidad al invitar a alguien a compartir un momento agradable. Los andinos comparten sus hojas de coca en señal de amistad de manera cotidiana como parte integral de su cultura y tradición, profundamente arraigada en su vida diaria y en sus interacciones sociales.

Beneficios y Usos Tradicionales

En la actualidad, la hoja de coca sigue siendo utilizada en las regiones andinas de países como Perú, Bolivia y Colombia. Sus usos tradicionales incluyen:

  1. Alivio del Mal de Altura (Soroche): Masticar hojas de coca o beber mate de coca es una práctica común para combatir los síntomas del mal de altura, que incluyen dolores de cabeza, náuseas y fatiga. Los alcaloides presentes en la hoja ayudan a aumentar la oxigenación en la sangre.
  2. Propiedades Medicinales: La hoja de coca tiene propiedades analgésicas, digestivas y energizantes. Es utilizada para aliviar dolores de estómago, combatir la fatiga y mejorar la concentración.
  3. Rol Social y Ritual: Masticar coca, conocido como «acullico» o «chacchado», es una actividad social y culturalmente significativa. Las hojas son compartidas en reuniones y ceremonias, simbolizando hospitalidad y respeto.

El Dilema Moral

Como os decía, en este último viaje a Perú, el grupo que acompañaba decidió no tomar ni una sola hoja de coca a pesar de las recomendaciones de nuestro guía. Probablemente por cierto temor o desconfianza. Por suerte, ninguno de ellos sufrió mal de altura, cosa que sorprendió al guía que al finalizar el recorrido dijo que era el primer grupo en el que ninguno enfermó durante el recorrido.

Prejuicios y Malentendidos

El dilema surge de una serie de prejuicios y malentendidos:

  1. Asociación con la Cocaína: La cocaína es un alcaloide concentrado y químicamente procesado derivado de la hoja de coca. Su producción y consumo están prohibidos internacionalmente debido a sus efectos nocivos y su potencial adictivo.
  2. Desconocimiento de la Cultura Andina: La falta de conocimiento sobre el uso tradicional y los beneficios de la hoja de coca perpetúa el estigma y la desinformación.
  3. Miedo a Consecuencias Legales: Algunos viajeros temen posibles repercusiones legales o problemas de salud debido al desconocimiento de la diferencia entre la hoja de coca y la cocaína.

La intolerancia hacia la hoja de coca se remonta a 1949, se dice que la ONU fue presionada para concluir el estudio de la hoja de coca de manera desfavorable ya que la cocaína estaba haciendo verdaderos estragos en la sociedad occidental, especialmente en Estados Unidos, y por desconocimiento, ambas cosas se confundieron en una sola.

El lenguaje también le hace una mala pasada, y es que coloquialmente se utiliza la palabra «coca» para referirse a la «cocaína», incluso en la prensa, lo cual hace creer que la hoja de coca es hoja de cocaína… en fin… las organizaciones andinas para la defensa del uso tradicional de la hoja de coca lo tienen muy difícil.

merchant selling coca leaves cigarettes

Realidades y Educación

Para superar estos dilemas, es crucial una mayor educación y comprensión de las culturas locales y sus prácticas. Los viajeros que visitan las regiones andinas pueden beneficiarse enormemente de los usos tradicionales de la hoja de coca sin incurrir en riesgos legales ni de salud, pero dicho lo cual, cada uno que haga lo que quiera.

La Prohibición de la Cocaína

Proceso de Producción y Efectos

La cocaína se produce mediante un proceso químico que extrae y concentra los alcaloides de la hoja de coca. Este proceso resulta en una sustancia con altos niveles de toxicidad y un elevado potencial adictivo. Los efectos de la cocaína incluyen euforia intensa, incremento de la energía, pero también serios riesgos para la salud como ataques cardíacos, convulsiones y trastornos psiquiátricos.

Legislación y Control Internacional

La cocaína es ilegal en la mayoría de los países del mundo. La Convención Única sobre Estupefacientes de 1961, auspiciada por las Naciones Unidas, clasifica la cocaína como una sustancia controlada debido a sus peligros para la salud pública y su potencial de abuso. La desgracia para todos es que la inocente hoja de coca, que la pobre no tiene culpa de nada, ha sido también prohibida salvo en los países andinos.

Conclusión

El uso tradicional de la hoja de coca en los países andinos es una práctica culturalmente rica y medicinalmente beneficiosa, claramente distinta del consumo de cocaína. Los viajeros deben ser informados sobre estas diferencias para evitar malentendidos y aprovechar los beneficios de las prácticas locales. Comprender y respetar las culturas indígenas no solo mejora la experiencia de viaje, sino que también promueve una visión más justa, menos sesgada y equilibrada del mundo.